23 mar 2014

VI Curso 2013-2014: El Roto

Vista del salón del Castillo de Pilas Bonas durante la conferencia
El Roto: “La forma de expresión 
de los políticos es la mentira, 
está en su naturaleza”

“No me importa cómo son los políticos, lo que me interesa es lo que hacen y generalmente lo que hacen no me gusta”

“El término humorista está muy degradado. Lo que yo hago no es humor, es dibujo satírico”

“Sólo se puede dibujar desde la libertad y sólo se puede obtener algo decente y útil si te dejan la libertad de expresarte como quieres expresarte”

La conferencia La sátira, un estruendo silencioso reunió a 250 personas en el Castillo de Pilas Bonas de Manzanares



Andrés Rábago, El Roto, entra en el salón, seguido por Román Orozco
E.C. Reportaje gráfico: José Antonio Romero Gómez-Pastrana y Pilar Román

El dibujante satírico Andrés Rábago, El Roto, afirmó en Manzanares (Ciudad Real) que la mentira es la forma de expresión de los políticos y que más que los efectos, lo que le interesa en su trabajo son las causas de los mismos.

En una concurrida conferencia, la penúltima del VI Curso de la Escuela de Ciudadanos que dirige el periodista Román Orozco, defendió el papel de la prensa tradicional frente al ruido y volatilidad de otros medios, y explicó que en sus dibujos trata de plasmar objetivamente lo que ocurre en la realidad aunque, fiel a sí mismo, dijo que no cree ni siquiera en lo que ve.

Las 250 personas que se dieron cita en el Castillo de Pilas Bonas conocieron de cerca quién se esconde detrás de las viñetas de El Roto en el diario El País, al autor de esos auténticos editoriales gráficos, con un estilo propio que define la personalidad de su creador, ganador -entre otros- del Premio Nacional de Ilustración en 2012 y autor de una veintena de libros, algunos de cuyos dibujos se proyectaron durante la conferencia y se pudieron ver a lo largo de la semana en una exposición en esta fortaleza medieval manchega.

La sátira y la muerte

Con el título La sátira, un estruendo silencioso, Andrés Rábago habló de su oficio, de su método de trabajo, de ideologías, de periodismo e incluso de la muerte, a la que se refirió al ser preguntado por Adolfo Suárez, a quien recuerda como un buen presidente. “Aunque hice dibujos bastante negativos en aquel momento”, reconoció antes de afirmar que su concepto de la muerte no es negativo, “es como una transición”. “Tengo un dibujo de un personaje que dice que los curas me hablan de resurrección, los lamas de reencarnación y los médicos de repuestos, y en ese dilema estamos”, añadió para zanjar el tema.

A lo largo de la conferencia, El Roto fue especialmente contundente al hablar de los políticos. “No me importa cómo son, lo que me interesa es lo que hacen y generalmente lo que hacen no me gusta”, señaló antes de decir que tampoco los escucha “porque sé que mienten”. “Su forma de expresión es la mentira, está en su naturaleza. Su expresión natural es la manipulación”, añadió en su conversación con Román Orozco.

Previamente, Rábago explicó que cada día tiene por costumbre borrar lo que ha hecho para estar fresco al día siguiente “y no reconocer todos los años que tengo y todo el tiempo y trabajo que he hecho, porque me daría pereza seguir dibujando”.

Así, dijo retomar cada mañana el papel y la tinta para hacer un nuevo dibujo como si fuera la primera vez en una profesión que calificó como dura, exigente y muy agradecida, que permite tener una relación diaria con el lector y conectar con el sentimiento y la forma de pensar de sucesivas generaciones.

Plástica y lenguaje


Andrés Rábago, en un momento de su intervención 

Para hablar de su oficio, Rábago eludió el término humorista, “muy degradado”, y con el que se encuentra incómodo. “Mis dibujos no hacen reír. Lo que yo hago no es humor, es dibujo satírico”, explicó, y como elementos esenciales en éste, habló de la necesidad de que haya un dibujo claro, con contundencia visual para captar la atención del lector, y un texto muy resumido “donde se le indiquen o aclaren algunos de los asuntos que están en el pensamiento o preocupación colectiva”.

Antes que El Roto, Rábago fue Ops en la época de la dictadura franquista, en la que sus dibujos no tenían texto por la falta de libertad para decir las cosas. Por ello desarrolló una especie de lenguaje encriptado. “Había suficiente comprensión para leer esas imágenes y traducirlas al pensamiento”, explicó en la conferencia.

Con la democracia, sus dibujos dejaron de ser mudos y surgió El Roto, que reconoció “ha ido transformándose lentamente, pero de forma continua con el tiempo”. Y añadió: “Es lo que te mantiene vivo, buscas nuevas fórmulas y maneras de decir las cosas, ampliando el espectro de quién dice y cómo se dice”.

Y salvo algún contratiempo, con juicio militar incluido, respondió al público que no ha tenido excesivos problemas de censura. “He tenido la suerte de tener muy buenos directores, salvo uno que me echó”, matizó con su peculiar estilo, antes de agradecer que todos comprendieran “que sólo se puede dibujar desde la libertad y sólo se puede obtener algo decente y útil si te dejan la libertad de expresarte como quieres expresarte”.

Fuentes de inspiración

Incapaz de dibujar un tema que le pida un director, Andrés Rábago se consideró conservador en sus métodos de obtener información, dijo ser una especie de residuo de una época en la que la prensa tenía una importancia mayor de la que tiene hoy y calificó su trabajo como un subproducto de la prensa. “Debo mucho al trabajo de los periodistas y de los fotógrafos que captan las imágenes de lo que ocurre y que yo utilizo a mi manera”.

De esta forma, El Roto apostó por la prensa escrita. “Los medios digitales no tendrían nada de qué informar si no se nutriesen de la propia prensa”, afirmó en defensa de los periódicos como base de la información “que no desaparecerán si no se decide que desaparezcan”, una hipótesis que baraja el dibujante madrileño “porque son un testimonio documental de lo que está ocurriendo y de la manipulación que se hace en el mismo medio, mientras que los digitales son una corriente continua donde todo se mezcla y es difícil crear estructuras de información coherentes”.

Por ello, compartió las tesis de algunos teóricos de la información de que, aunque aparentemente estamos muy informados, realmente no es así, con lo que se consigue una sociedad más maleable.

Prismas ideológicos


Dirigentes y militantes de PSOE e IU asistieron al acto

Más que una crítica, Rábago explicó que lo que hace en su trabajo es observar y hacer una crónica objetiva. “No se puede decir que lo que dibujo sea distinto de lo que realmente ocurre”, expuso antes de añadir que no ve la realidad bajo prismas ideológicos. “Yo lo veo todo transparente, no veo colores”, aunque admitió con ironía que quizá tenga deformado el cristalino de nacimiento “porque en mi familia había ciertas tendencias”. Pero, más que ideológicas, explicó que las cuestiones responden a los intereses de una clase social en contra de los intereses de otra clase social.

A lo largo de la conferencia y a preguntas del público, el ponente dijo que no suele dibujar sobre hechos puntuales. “Me interesa lo que produce los efectos, no los efectos”, dijo.

En este sentido diferenció entre actualidad -algo que mañana ya no lo es- y presente, un tramo temporal más largo que es el que más le interesa. Y por deformación profesional explicó que los dibujantes satíricos tienen tendencia a observar lo que está mal, por lo que para compensar, en su caso, también desarrolla su creatividad en la pintura -firma como Rábago- “y donde me ocupo de las cosas que están bien, del territorio donde no actúan los egos, los intereses más superficiales de las personas”, añadió.

“No creo ni en lo que veo”


Andrés Rábago, junto a Román Orozco. Al fondo, una de sus viñetas que dice: "¡Tanto luchar para derribar el sistema y al final se cae solo!"

Tras abogar por poner en cuestión incluso nuestras propias percepciones, siguió con más asuntos filosóficos y dijo que si intentamos crear una respuesta a los problemas que tenemos, “la daremos desde la propia confusión de los problemas en los que estamos”, por lo que eludió buscar soluciones y limitarse a exponer las cosas, si bien consideró necesario un cambio de perspectiva para, desde una transformación personal, evitar que se reproduzcan los ciclos de guerra, hambre, paz y plenitud.

En otro tramo de la charla, habló de su técnica, con arquetipos sociales en sus personajes, con dibujos absurdos o neutrales “pero que tiene que ver con lo que está pasando”. Incluso El Roto quiere dar voz a los objetos y a la naturaleza. Su próximo libro será sobre el medio ambiente. “Me gusta mucho cuando hablan los árboles y los ríos, o las plantas se quejan. No se pueden expresar, pero sabes de su dolor y sufrimiento. Te da pena que no se puedan expresar y les pones voz”.

En cuanto al uso del color, El Roto prefiere recuperar la austeridad formal de la mejor época del dibujo satírico, la de entre guerras del pasado siglo, si bien añade color al blanco y negro para llamar la atención sobre algún aspecto concreto.

Al finalizar la charla, Rábago firmó numerosos ejemplares de sus libros a los asistentes que acudieron con ellos. La próxima cita de la Escuela de Ciudadanos será el 16 de mayo con la participación de Baltasar Garzón.


Aspecto del salón del Castillo de Pilas Bonas
Enlaces

El álbum gráfico

La firma de libros

1 comentario:

  1. Un gran encuentro, el Roto me pareció un tipo sencillo, lúcido y con sentido del humor. Gracias Román

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