6 jun 2014

VI Curso 2013-2014: Clausura con Baltasar Garzón

El salón del Castillo de Pilas Bonas, lleno absoluto.
La crónica

Baltasar Garzón: 
“El corporativismo judicial es el peor cáncer de una democracia”

“Arrastramos una sensación de impunidad desde la dictadura”

“Volvería a hacer lo mismo muchas veces más”

“Si te pueden joder, te joden cuando tocas las narices a tanta gente”

E.C. / Fotos: José Antonio Romero y Pilar Román Romero

Baltasar Garzón abogó en Manzanares (Ciudad Real) por estructuras de participación activa de los ciudadanos para defender sus derechos y criticó el corporativismo judicial, que calificó como “el peor cáncer de una democracia”. 

Fue ante más de setecientas personas en la clausura del VI Curso de la Escuela de Ciudadanos, una conversación pública junto al catedrático y escritor Luis García Montero en la que el exmagistrado de la Audiencia Nacional habló de la “casta” de jueces, del poder e independencia judicial, de reparación de las víctimas, memoria histórica y jurisdicción penal internacional.

El jurista fue presentado por el catedrático de la Universidad de Granada, escritor y premio nacional de Poesía, García Montero, como un referente cívico que hace de su trabajo un respeto a la virtud pública y a la sociedad, y que representa “el momento más optimista de nuestra justicia”. 

Baltasar Garzón atiende a los medios locales antes de su charla.
“Es un referente social, una persona imprescindible para consolar, para reforzar el tejido social de nuestro país, que nos hace falta para salir de la parálisis, de la degradación y de la tristeza”.

García Montero, que fue uno de los profesores del I Curso de la Escuela de Ciudadanos que dirige el periodista Román Orozco, volvió a ésta en la clausura de su VI Curso para conversar sobre derechos con Baltasar Garzón. Dijo que se trataba de un acto muy importante en los tiempos tristes que vivimos, en los que tenemos la sensación de que en España se ha perdido la virtud pública. 

“Convivimos con la corrupción, tiempos de degradación de las instituciones, de la dignidad laboral y de mentiras institucionalizadas, sin que nadie dimita, lo que habla muy mal de nuestra sociedad”, afirmó.

Garzón entra en el salón del Castillo de Pilas Bonas

Se preguntó si esta pérdida de la virtud pública es posible porque hay un tejido social debilitado incapaz de exigir dignidad a los espacios públicos y a sus representantes. Por ello, para consolidar ese tejido, dijo que es importante contar con referentes cívicos como Garzón, que desde su primer destino “ha cumplido con su trabajo y ha hecho de su oficio el primer ámbito de compromiso ciudadano con la verdad y la independencia”.

Defender a las víctimas de las injusticias

Según el poeta granadino, Garzón, con su interpretación progresista de las leyes, luchó contra el terrorismo de ETA, contra el GAL y el terrorismo de Estado, contra el narcotráfico y contra los genocidios. Ordenó la detención de Pinochet en 1998. “En épocas avanzadas, la ley es el modo de intervenir en la realidad para defender a las víctimas de las injusticias, para buscar la reparación de los daños causados a la gente”. 

Por ello no dudó al afirmar que Garzón “representa sin duda el momento más optimista de nuestra justicia”, capaz de conseguir conquistas para avanzar y democratizar la sociedad. “El momento más avanzado en nuestra historia contemporánea en la justicia lo representa Baltasar Garzón”, que en opinión de García Montero “hizo a España un país pionero en justicia”. Su sentencia de condena a Scilingo, uno de los criminales de la dictadura argentina, fue considerada una de las más avanzadas del mundo en derecho internacional. 

Román Orozco, director de la Escuela de Ciudadanos, presentó la clausura del VI Curso.
“Fueron buenos tiempos que hoy se viven con melancolía”, añadió el presentador ante la realidad actual de un sistema “que ha degradado los derechos laborales, ha impedido el ejercicio independiente de los jueces, limitado libertades convirtiéndolas en asuntos de orden público, humillado la libertad de las mujeres sobre su propio destino y ha castigado a quien no se somete a esta degradación e impudor”. 

“Por eso castigó a Baltasar Garzón con tres causas disparatadas para expulsarlo de la carrera judicial”, concluyó García Montero.

Garzón no defraudó

Con el título “Los derechos de los ciudadanos”, Garzón no defraudó a quienes acudieron el viernes al castillo de Pilas Bonas y llenaron su salón principal e incluso siguieron el acto desde el patio de la fortaleza a través de una pantalla. Entre los asistentes estuvo la fiscal de la Audiencia Nacional, Dolores Delgado, que trabajó durante años junto a Garzón en importantes operaciones judiciales.

El poeta Luis García Montero y Baltasar Garzón durante la charla.

Baltasar Garzón dijo que en la España democrática siempre ha defendido la independencia del poder judicial. Expuso lo paradójico que resulta que la credibilidad de la justicia esté bajo mínimos en las encuestas mientras muchos creen en la independencia de los jueces gracias a los avances logrados tras la dictadura. 

“Había jueces y fiscales proactivos frente a los hechos criminales y otros con horarios muy determinados, unos que iban a investigar sin esperar, y otros que esperaban las cosas viendo cómo les crecía la barriga”. Y es que, según Garzón, hay dos tipos de jueces: “los activos y los pancistas”.

“Que te puedas enfrentar a un hecho que afecte a determinados políticos o grandes estructuras no significa más que estás cumpliendo con tu trabajo y que estás prestando un servicio público”, indicó el exmagistrado, que hizo hincapié en esa vocación de servicio público, en ser independientes y demostrarlo a pesar de las presiones. 

Baltasar Garzón clausuró el VI Curso de la Escuela de Ciudadanos.
“Es normal tenerlas. Si te pueden joder, te joden cuando tocas las narices a tanta gente”, afirmó. Por ello planteó la necesaria protección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), “que tiene que hacer una labor fundamental, la de defender la independencia de los jueces y de los propios organismos de los jueces”.

Frente a las circunstancias internas de ascensos y nombramientos en el Poder Judicial, Garzón apostó por la transparencia mediante la participación directa de los ciudadanos en el órgano de gobierno de los jueces. 

Dijo que faltan estructuras de participación activa por parte de los ciudadanos, “que tienen que participar y generar estructuras a través de las cuales los consejos de participación ciudadana exijan cuentas”, aunque eso sea “meter la bicha en la casa y no poder ya repartir a oscuras”.

Luis García Montero y Baltasar Garzón en un momento de su intervención.
Aunque se pueda pensar que cada uno elige a los suyos, Garzón defendió la elección parlamentaria de los vocales del Consejo General del Poder Judicial. “La responsabilidad no es solo de los parlamentarios, es de quienes una vez que son elegidos siguen unas directrices que no son legales, por lo que la responsabilidad es compartida”.

El ex magistrado dijo echarse a temblar cuando oye a la derecha pedir que sean elegidos por los propios jueces. “El corporativismo judicial es el peor cáncer de una democracia. Lo que quiero es que haya participación plural en el gobierno de los jueces, que los jueces rindan cuentas, sean evaluados y cumplan como deben”, añadió.

La “casta” de jueces

En su conversación con García Montero, Garzón recordó cómo llegó a la judicatura, cómo su promoción fue la primera que prometió la Constitución a finales de 1980 y, considerada “gente extraña”, entró en lo que hasta entonces era un círculo “muy cerrado” que era una especie de “casta” con familias completas de jueces, fiscales y notarios, que no podían relacionarse con el pueblo para no perder la imparcialidad, pero que sí podían hacerlo con la élite, con las llamadas fuerzas vivas. “No había una conciencia de que el juez tenía que estar en el pueblo, que era parte del pueblo”, dijo el jurista jienense.

Se instalaron cuatro pantallas para que el público pudiera seguir la conferencia.

Junto a los jueces que llegaron con intención de cambiar las cosas, en la carrera judicial siguieron quienes juraron los principios fundamentales del Movimiento y aún ejercen sin haber jurado o prometido la Carta Magna.

Garzón echa en falta ese gesto simbólico en nuestro país. O que ocurra como el pasado septiembre en Chile, donde 40 años después del golpe de Pinochet, la Corte Suprema y la Asociación Nacional de Magistrados pidieron perdón a los ciudadanos y a las víctimas del dictador por no haber hecho todo lo que debían.

“En España eso aún no se ha producido, no ha habido ese punto de inflexión. Esa sensación de impunidad que traemos arrastrada desde la dictadura para esos hechos tan graves, creo que nos transversaliza a todos en una conciencia de la impunidad que nos ha llevado durante décadas hasta donde estamos. Las cosas no suceden por casualidad”, afirmó al respecto.

Esta es la segunda vez que el Catedrático y poeta Luis García Montero participa en la Escuela de Ciudadanos. Su primera intervención fue en el I Curso (2008-2009). 
Legalidad y terrorismo

Garzón también habló de los límites que, en su opinión, jamás se pueden transgredir. “La lucha contra los fenómenos criminales, en la defensa de los derechos fundamentales de la ciudadanía, se puede hacer más y mejor desde la legalidad que desde la ilegalidad”. Se refirió así al protocolo que instauró en la toma de declaración de terroristas, muy criticado inicialmente, pero que hizo disminuir las denuncias por torturas y malos tratos y sirvió de protección para los propios investigadores.

Respecto al terrorismo, afirmó que gracias a los esfuerzos de toda la sociedad se ha conseguido que ETA, después de más de 40 años, no encuentre sentido a la lucha armada. “Ha sido el esfuerzo de toda la sociedad el que al final nos ha llevado a un punto en el que, prácticamente sin modificar leyes, ni siquiera con los atentados del 11-M, se ha conseguido una labor eficaz frente al terrorismo”, añadió.

Garzón criticó el aprovechamiento que algunos medios o partidos políticos hacen de determinadas situaciones, utilizando a las víctimas. Al hilo del revuelo surgido por los comentarios en internet tras el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, recordó que la legislación ya tiene establecidos los mecanismos necesarios contra las injurias y calumnias, y contrapuso que nadie se preocupó en pedir que se modifiquen leyes cuando otras víctimas, como Pilar Manjón, han sufrido desde hace años todo tipo de ataques en la red. “Es un aprovechamiento político grosero que selecciona a las víctimas adecuadas y a las repudiadas. Es muy peligrosa la utilización de las víctimas para justificar intenciones o deseos políticos”, apostilló.

El público que abarrotó el salón del Castillo de Pilas Bonas permaneció atento a las palabras de Garzón y Montero.
Memoria histórica

La memoria histórica y la reparación de las víctimas acaparó también parte del discurso del ex juez Garzón. Con más de 150.000 personas que siguen desaparecidas 75 años después de la Guerra Civil española, expuso que aún hay quienes siguen cuestionando la existencia de víctimas franquistas. “Mientras tanta corrupción deja vacías las arcas, para lo único que no hay dinero es para dignificarnos”.

Lo paradójico es que esto ocurre en España, un país al que la jurisdicción internacional permitió actuar contra los dictadores y torturadores de Argentina y Chile, países donde los centros de genocidio se han convertido en centros de la memoria que acogen organismos de derechos humanos y donde acuden los colegios para conocer qué ocurrió allí.

“Eso no se ha hecho aquí con la dictadura franquista”, explicó Garzón, que lamentó cómo la única asignatura que había en los colegios para educar en derechos humanos fue eliminada por la religión. y con la única asignatura que había para educar en derechos humanos se elimina por la religión.

De izquierda a derecha, la fiscal Dolores Delgado, el poeta chileno Juan Carlos Villavicencio, Pilar Romero (miembro de la Asociación EC), y Román Orozco. Tras este último, Julián Monteagudo, Vicepresidente de la Asociación EC.
“Es el mundo al revés. Las víctimas del franquismo van ahora a Argentina a pedir justicia. Es la grandeza de la jurisdicción universal”, dijo antes de expresar su deseo de que algún grupo político, cuando pida el voto, “recuerde que hay cosas de la transición que no se hicieron bien y que aún queda una deuda pendiente con muchas personas que siguen siendo víctimas no reparadas”.

La gran prioridad de Garzón como juez fue la defensa de las víctimas, reconoció en Manzanares, donde también reiteró su desacuerdo con los juicios a los que fue sometido, entre ellos por las escuchas a los implicados en la trama Gürtel, y por el que quedó inhabilitado durante once años.“Opté por el respeto al sistema judicial y por defenderme, aunque me sirvió de poco”, señaló el jurista, que reconoció que volvería a hacer lo mismo muchas veces más y criticó la decisión del Tribunal Supremo, “porque incluso el Supremo se puede equivocar”. Por ello dijo que hay que pelear por una idea de justicia ágil, progresista, amparadora de derechos, que proteja a los ciudadanos.

“Opté por el respeto al sistema judicial y por defenderme, aunque me sirvió de poco”, señaló el jurista, que reconoció que volvería a hacer lo mismo muchas veces más y criticó la decisión del Tribunal Supremo, “porque incluso el Supremo se puede equivocar”. Por ello dijo que hay que pelear por una idea de justicia ágil, progresista, amparadora de derechos, que proteja a los ciudadanos.

Parte del público siguió la charla en el patio del Castillo de Pilas Bonas donde se instaló un proyector para la ocasión. 
Preguntas del público

Tras su conversación con Luis García Montero, Baltasar Garzón contestó a todo tipo de preguntas de los asistentes. Las hubo sobre el endurecimiento del Código Penal, reinserción, Julian Assange, libertad de expresión, proceso de paz en Colombia, y modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Según Garzón, la solución no está únicamente en aumentar las penas, que deben ser proporcionadas a la gravedad y circunstancias del hecho que se comete. Considera que el derecho penal debe ser el último recurso a todo y que hay mecanismos de justicia restaurativa, alternativa, de reinserción o reincorporación de las personas a la sociedad. Y como habrá quien nunca se reincorpore, dijo que también hay que definir los mecanismos de custodia y control, pero nunca, en su opinión, mediante pena de muerte ni cadena perpetua revisable.

Defensa de Julian Assange

Respecto al caso de Julian Assange, el responsble de Wikileaks refugiado en la embajada de Ecuador en Londres y de cuya defensa se encarga Garzón, el ex juez -que horas antes se había reunido con él- se mostró convencido de “que será un punto de inflexión” en la justicia internacional.

“EEUU ejemplifica aquí la propia frustración de un sistema en el que la utilización de mecanismos diplomáticos se salió de la ley y demostró la ineficacia del propio sistema”, señaló Garzón, que calificó la situación de Assange como de grave injusticia, por lo que esperó alguna respuesta, no de EEUU, pero sí del Parlamento Europeo ante los bloqueos económicos que sufre Wikileaks”. “Tenemos elementos para no estar intranquilos y artillería suficiente para contrarrestar”, aseveró el abogado de Assange.

Tras la charla, Garzón atendió las preguntas del público. 
Víctimas universales

En otra respuesta, Garzón insistió en la idea de cambiar el sistema de participación de los ciudadanos sobre los representantes políticos, para evitar que hagan reformas que no llevan en su programa electoral, como en el caso de la ley de Jurisdicción Universal que ha dejado en libertad a narcotraficantes y responde a una imposición de China. “El resultado es una desprotección de todos nosotros como ciudadanos y como víctimas universales de esos crímenes. Esa decisión que afecta a mis derechos no se ha consultado con el pueblo español”, respondió a un ciudadano.

Del control de los grandes medios de comunicación, dijo que es consecuencia de estar en manos de corporaciones económico financieras. “La libertad de expresión se somete a los intereses corporativos. Los periodistas no son héroes y si tienen que vivir, es más fácil escribir sometiéndose que estar en la calle”. Por ello planteó incompatibilidades entre los emporios económicos y los medios y expuso Internet como alternativa a ese sometimiento.

A un ciudadano de Colombia le dijo que lo importante del proceso de paz de su país “es que no se haga de espaldas a la víctimas, que deben ser parte fundamental en cualquier proceso de transición”.

Por último, ante el enésimo intento de modificar la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Garzón se mostró partidario de la instrucción del Ministerio Fiscal siempre y cuando la designación del Fiscal General del Estado cambie de formato y no sea elegido por el Gobierno, o si es así, que se dote del mecanismo preciso que no deje lugar a dudas de sumisión política.

El público se levantó para aplaudir a Baltasar Garzón y a Luis García Montero tras finalizar su intervención en el VI Curso de la Escuela de Ciudadanos.


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